Después de 1 año intentando quedar embarazada, iniciamos las pruebas para ver si teníamos algún problema de infertilidad.
Nos detectaron que mi marido motivado por un síndrome, era estéril, es decir no fabricaba espermatozoides y por tanto si queríamos ser papás deberíamos recurrir a semen de donante.
Una vez tomada la dura decisión, iniciamos el proceso de tratamientos de fertilidad en una clínica especializada.
Iniciamos con inseminación artificial, y algo que en principio no tendría que ser complicado, sí lo fue.
No ovulaba lo esperado con las medicaciones que me aplicaban. Mis reservas ováricas ya eran mínimas a mis 38 años. Fueron 5 inseminaciones negativas.
Los médicos me recomendaron ir a FIV y empecé varios tratamientos fallidos, ya que no conseguía ovular suficiente como para realizar la extracción de óvulos.
El jefe médico de la clínica, me recomendó que debería plantearme la donación de óvulos ya que era poco probable conseguirlo.
En ese momento, una amiga me recomendó acudir a la doctora Lu que realizaba tratamientos de acupuntura y daba muy buenos resultados.
Un poco escéptica, pero como último cartucho a quemar antes de tirar la toalla, decidí ir a su consulta.
Inicié el tratamiento, y al mes siguiente, inicié otro intento de FIV.
Los resultados milagrosamente empezaron a mejorar, ovulé más, incluso me hicieron la extracción de óvulos aunque no pudieron implantarlos porque no fueron buenos.
Seguí el tratamiento con Lu, los doctores que anteriormente me decían que no había pruebas de que funcionase, ya no decían lo mismo.
Los resultados estaban cambiando, utilizando la misma medicación ¡ovulaba muchísimo más!
Realizaron la extracción, y me implantaron 2 embriones. ¡Y lo conseguimos!
Uno de los dos embriones siguió adelante y ahora es una preciosa niña de casi 2 añitos.
El tratamiento funcionó y Lu me hizo conseguir el sueño que me cambió mi vida.
Y sin duda, en breve acudiré de nuevo a solicitar su ayuda para darle un hermanito/a a mi hija.
¡Gracias Lu!
Rosa María.

